UN GRAN SUEÑO 1ra. PARTE
El señor Antonio después de militar toda la vida en el beisbol menor y después de su retiro, se marchó a su pequeña finca a cuatro horas de Caracas con la idea de descansar del ajetreo y de la vida tan agitada en la capital. Antonio con el cabello blanco por los años pero aún muy fuerte, esa mañana hacía su recorrido diario revisando la cerca, las siembras y los pocos animales que conformaban su pequeña finca .Sudoroso se sentó a la sombra de una mata de mango. Antonio se quitó el sombrero de cogollo y con un pañuelo, secó el sudor que recorría su rostro.
Antonio estuvo pensando, meditando y reflexionando sobre su retiro. Lucho toda su vida para levantar su familia, educar a sus hijos y preparar su descanso en el campo. Antonio llegó a la conclusión de que a pesar de alcanzar su meta, no era feliz. Sí, Sí, algo le faltaba y en ese momento descubrió lo que necesitaba para completar su felicidad. Antonio caminó a su pequeña pero cómoda casa, tomó una buena ducha, desayunó, colgó el sombrero de cogollo y colocó en su cabeza una gorra de beisbol.
Antonio llamó al llanero que le ayudaba en las tareas del campo, cortaron con un machete varias estacas de madera, tomó una cinta métrica y un martillo, con la cinta métrica midió 100 mts lineales y clavaron 4 estacas como señalización. Luego entre pasto y matorrales midieron otros 100 mts y clavaron más estacas hasta completar un perfecto cuadrado de 100x100, es decir 10mil metros cuadrados lo que es lo mismo una hectárea.
Al día siguiente Antonio le dio instrucciones al llanero que pintara las estacas de color blanco y que después de atender los animales y los cultivos procediera a limpiar con el tractorcito el espacio demarcado con las blancas estacas. El llanero preguntó que sembrarían en ese espacio tan plano y Antonio le informó que sembrarían solo grama.. Antonio fue al pueblo y regresó con algunos sacos de semillas de grama. El llanero continuaba con el tractor el trabajo de limpieza del espacio. Al anochecer el espacio de 100x100 estaba completamente limpio y Antonio dio instrucciones de pasar arado el siguiente día bien temprano para regar las semillas de grama. Dieron otro pase al espacio arado, agregaron abono y regaron las semillas. Antonio y el ayudante implementaron un sistema de riego artesanal con restos de mangueras. Al mes con los cuidados y el riego diario brotó la hermosa grama y lucía todo verdecito como un campo de golf. Antonio preparó viaje para Caracas para visitar a su familia, adquirir una podadora de césped y efectuar una visita al Colegio de Ingenieros para una consulta. Antonio dejó al llanero al cuido de la finca y marchó a Caracas.
LA PROXIMA SEMANA LA SEGUNDA PARTE
FELIPE GARCÉS DE VENEZUELA
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