En un país lejano se reunieron varios empresarios y conversaron sobre un inmenso tesoro en algún lugar del mundo. De esa reunión surgió la idea de financiar entre todos, la búsqueda de ese gran tesoro. Un equipo de muchas personas recorrió muchos países y nada. Cuatro expertos en tesoros llegaron a Venezuela y descubrieron el buscado tesoro. Rápidamente enviaron correos informando que encontraron piedras preciosas por pulir. Los empresarios pidieron ampliar detalles y nombre del lugar.
Los buscadores de tesoros informaron que encontraron mucho talento y faltaba averiguar el nombre del lugar.
Vieron a un niño y le preguntaron:
- ¿Cómo te llamas?
- Mi nombre es Guantincito.
- ¿Cómo se llama este lugar?
- Este lugar se llama LA FRAGUA.
Con mucho cariño a los niños y jóvenes atletas de la Liga los Salías.
Hasta mi próximo cuento.
Felipe Garcés.
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